Las vueltas de la vida, una frase tan común, que decimos sin pensarla dos veces cuando nos reencontramos con alguien a quien dejamos de ver por muchos años, o cuando ponemos en práctica algún conocimiento que adquirimos en la adolescencia y nunca habíamos utilizado o cuando es aún más evidente: cuando experimentamos un cambio drástico en nuestras vidas y nos toca hacer un giro total y destacar habilidades que a veces no conocíamos de nosotros mismos.
Numerosas situaciones aparentemente casuales, puntos que se van uniendo en el camino que se torna difícil, a veces hostil, dramático y hasta despiadado, pero que de alguna manera, nuestro instinto de supervivencia, nuestro optimismo trágico, como lo define Viktor Frankl, hace que nos levantemos, que nos enfrentemos al nuevo escenario presentado y que digamos sí a la vida a pesar de todo.
Mi nombre es Tatiana Sedano, apasionada por la vida y por hacer que los demás reconozcan en sí mismos sus virtudes. Creo firmemente que todas las personas podemos tener una vida plena, libre y llena de sentido sin importar el momento personal, económico o de salud en el que nos encontremos.
Mi vida dio un giro definitivo cuando mi esposo fue diagnosticado con una enfermedad terminal y nuestros hijos tenían tan solo 4 años de edad. En ese momento mi plan de vida se desvaneció. Todos mis sueños se vieron truncados y eso me impulsó a abrir camino en terrenos totalmente desconocidos, familia de 3, cambio de trabajo, el qué dirán y puesta a prueba del sentido de vida, entre otros. Así, me formé además como Coach existencial Logoterapéutico y he seguido explorando mi interior incesantemente.
Una de las reflexiones que hacía todo el tiempo, no sé si para darme ánimo o para no sentir la soledad tan cruda del momento, era pensar en que seguramente algunas personas estaban necesitando más ayuda que yo, o que habían personas que durante años pasaban dificultades extremas, o que sin estar pasando por ninguna tragedia sintieran un vacío inexplicable en su interior. No puedo explicar con mayor claridad cómo esto me hacía tomar un nuevo aire y me permitía recargar las baterías para la jornada del día siguiente que seguro sería aún más retadora.
Con el pasar de los meses y los años los desafíos se seguían presentando. Pero al reconocer lo valioso en mí, en mi vida y tal vez en los nuevos sueños que poco a poco surgían en mi mente sin intención, estaba logrando comenzar de nuevo a colocar un ladrillo sobre otro cuidadosamente.
En ese momento mi sensibilidad hacia los cambios de mi vida y hacia la de los demás había aumentado notablemente lo que me permitía reconocer que todos tenemos una historia que contar y que necesitamos ser escuchados y escuchar a los demás, empatizar, ayudar y aprender a recibir ayuda.
reconocí entonces que necesitamos abrazar el momento del otro, celebrar el triunfo del otro, compartir nuestras dudas, nuestros descubrimientos y amar nuestro proceso y el de los demás. Entender que cada uno es un mundo y una verdad y que a partir de ahí todos, al estar conectados, nos podemos fortalecer y acompañar.
De allí surgió la idea de crear el programa Las vueltas de la vida con el fin único de compartir historias de personas con distintas vocaciones y cualidades a las que la vida los ha confrontado, les ha hecho preguntas y les ha puesto a prueba el sentido de sus vidas.
Historias con altibajos, desafíos, anécdotas, lágrimas, risas y un sinfín de sensasiones pero que con decisión, perseverancia y encontrando el sentido en cada paso hoy son historias inspiradoras que vale la pena conocer. Al igual que historias de emprendimientos, proyectos e iniciativas que se han creado desde el alma y con el corazón, pensando en el bien común.
Las Vueltas de la vida es un espacio diseñado para ser puente entre una historia llena de sentido y un corazón que necesita escucharla. Es un programa pensado en construir una sociedad que cuida su salud mental y trabaja por tener un mundo mejor para todos los que lo habitamos.|